En la actualidad la mayoría de los ortodoncistas coinciden en lo beneficioso de una corrección temprana de las maloclusiones. Es una creencia errónea pero extendida que el tratamiento de ortodoncia siempre se comienza cuando ya han erupcionado todos los dientes definitivos. Por eso se recomienda a los padres que el niño sea valorado periódicamente por el ortodoncista aún conservando en boca todos los dientes de leche.
En las revisiones periódicas, el ortodoncista puede encontrar varios tipos de pacientes:
- Paciente sano: son los niños que no presentan maloclusiones ni se detectan factores que puedan desencadenar una maloclusión. En estos casos es conveniente revisar al niño cada 6 meses.
- Paciente que presenta factores causantes de maloclusiones.: el niño aún no tiene una maloclusión real en boca, pero existe algún problema que nos hace pensar que se pueda desarrollar una maloclusión en el futuro, por ejemplo, pérdida prematura de dientes, respiración bucal, deglución con interposición de lengua o labio, alteraciones en la pronunciación o succión digital. En estos casos, será necesario ortodoncia interceptiva, que comprende desde el uso de aparatos para corregir disfunciones, reeducación de hábitos, derivación a otros especialistas como logopeda, mantenedores de espacio de piezas perdidas, etc.
- Paciente con maloclusión: El niño presenta ya una alteración de la forma del hueso que alberga los dientes y necesita ortodoncia correctiva. Es necesario que el ortodoncista valore cuando es el mejor momento para comenzar con esa corrección. En este sentido, es cada vez más normal el tratamiento de ortodoncia y ortopedia en dos fases. Esto quiere decir, que si el problema no puede corregirse totalmente, podemos preparar las bases óseas del paciente con ortopedia, esperar el recambio dental y terminar así el tratamiento en segunda fase cuando ya estén todos los dientes definitivos erupcionados. Esta opción, aún siendo más larga en el tiempo, proporciona en muchos casos unos resultados mucho mejores y estables que una corrección tardía.
Como conclusión podemos decir que cuando el niño aún conserva sus dientes de leche o en está en fase de recambio dental, los tratamientos interceptivos y correctivos nos permiten guiar el crecimiento óseo del paciente para mejorar la función y la estabilidad de los resultados clínicos.
Aunque no todos los problemas de maloclusión se puedan corregir en su totalidad precozmente, muchos de ellos pueden ser prevenidos o corregidos parcialmente evitando, en una segunda fase de tratamiento, complicaciones como extracciones dentales, compensaciones inestables, problemas estéticos o cirugía.
Dra. Carmen María Fernández Díaz. Ortodoncista de Clínica Dental San Basilio, colegiada nº 756.
Bibliografia. Dr. Pablo A. Echarri. Tratamiento ortodóntico y ortopédico de 1ºFase en dentición mixta. 2ª edición. Capitulo I.