La periimplantitis es una patología que se caracteriza por la inflamación de los tejidos blandos de la boca, además de destrozar de forma constante y progresiva la masa ósea que ayuda a que el implante quede sujeto.
Se distinguen dos tipos de periimplantitis:
-La mucositis periimplantaria, que sería la inflamación del tejido blando y la mucosa que rodean al implante pero sin afectar al hueso.
-La periimplantitis, que sería la inflamación de los tejidos blandos y el hueso que rodean al implante bucal.
Para detectar la periimplantitis, es necesario hacerlo mediante una radiografía, ya que, es necesario saber la cantidad de tejido óseo que se ha perdido para poder determinar si la causa de esa pérdida es la periimplantitis o es por otro motivo.
También es necesario saber que este tipo de patologías es vital que se detecten de forma temprana si lo que se pretende es mantener los implantes dentales, ademas de evitar mayores daños en los tejidos de la boca.
En este sentido, el doctor Mariano Sanz, afirma que “nuestra mejor estrategia es un tratamiento preventivo”. Por tanto, la responsabilidad no recae únicamente en el paciente, sino que el propio dentista será el que de forma preventiva explique a su paciente las posibles consecuencias que pueden tener algunos de sus malos hábitos como la mala alimentación o fumar.
Para el desarrollo de esta patología, debemos observar diversas fuentes que pueden ser las causantes de este problema como pueden ser las condiciones genéticas del paciente, los hábitos de vida, y sobre todo, controlar el consumo de alcohol y tabaco.
Una vez desarrollada la periimplantitis, al ser una infección, se debe tomar antibiótico para controlar la inflamación. Una vez hecho esto, será el dentista el encargado de realizar la cirugía correspondiente. Aunque depende del dentista, normalmente, se intenta mantener el implante, y se realiza la cirugía en las zonas dañadas, eliminando el tejido dañado en la medida en que esto sea posible.
Los diferentes tratamientos quirúrgicos para la periiplnatitis son:
- Cirugía de acceso: consiste en eliminar el tejido dañado y limpiar las zonas alrededor del implante
- Cirugía resectiva: sería añadir pequeñas modificaciones óseas y en los tejidos blandos a la cirugía de acceso.
- Cirugía regenerativa: tras limpiar la zona dañada, se procede a una recuperación de los tejidos que rodean el implante.
En todo caso, la mejor forma de tratar la periimplantitis es una buena prevención para evitar su desarrollo.