¿Por qué se deben mantener limpios los dientes de leche?

Los dientes de leche se forman antes del nacimiento del niño. Aunque el momento de su aparición puede variar en cada caso, empiezan a salir aproximadamente a los seis meses de edad. Y después se caen, generalmente a partir de los cinco o seis años.

A pesar de ser temporales, estos dientes también necesitan cuidados e higiene, ya que son muy importantes para el desarrollo del pequeño. Los dientes de leche también pueden tener caries y otros problemas que se pueden prevenir con una higiene adecuada.

¿Por qué se deben mantener limpios los dientes de leche?

La mayoría de padres piensan que los dientes de leche no requieren muchos cuidados. Se piensa que son temporales y terminarán cayéndose y siendo reemplazados por otros definitivos. Esto es un error que puede tener consecuencias tanto en el desarrollo como en la futura salud dental de sus hijos. Unos dientes de leche sanos son fundamentales para que los niños puedan aprender a masticar bien durante los primeros años de vida. Y esto tendrá un efecto directo sobre su alimentación y su desarrollo. Además, estos dientes son muy importantes en la formación de la dentadura definitiva.

Cómo limpiar los primeros dientes

Los dientes deben limpiarse desde que brotan. Al principio, los padres deberán hacerlo con la ayuda de un paño húmedo o una gasa. Con eso será suficiente. Aproximadamente a los tres años, la dentición estará completa; a partir de ese momento se puede empezar a utilizar un cepillo de dientes, pero deberán seguir siendo los padres los encargados del cepillado.

El primer cepillo deberá ser especial, pequeño y muy suave, para evitar que las encías se lastimen; los movimientos deben ser circulares y muy delicados. Es recomendable que la pasta dental sea libre de flúor. A esa edad los pequeños suelen comérsela y su ingesta puede ser perjudicial para ellos.

¿Desde cuándo se deben lavar los dientes de los niños?

Más o menos a partir de los cuatro años de edad, los niños empezarán a querer cepillarse los dientes solos. Eso es muy positivo para ellos, ya que cuanto más temprano empiecen, más fácil será que integren ese hábito de forma natural a su rutina diaria. Sin embargo, a esa edad de los cuatro años los padres todavía deben ayudarles y supervisar la limpieza. A partir de los ocho años los niños deberían ser capaces de realizar por sí mismos el cepillado dental y hacerlo de forma correcta.