El cepillado de los dientes de forma regular y el uso de enjuague bucal, en ocasiones no es suficiente para mantener una correcta higiene bucal. La mayoría de las bacterias que habitan en la cavidad bucal están sobre la lengua. Hay varios tipos de microorganismos responsables de gran número de los casos de placa bacteriana, caries o halitosis.
Para evitar estos y otros problemas, el limpiador lingual es una buena opción. Se trata de un pequeño dispositivo destinado exclusivamente para la limpieza de la lengua. Su uso es mucho más eficiente que valerse del cepillo de dientes. Además, en su mayoría son accesorios económicos de amplia durabilidad.
¿Mal aliento? Revisar lo que habita sobre la lengua
Hasta el 70% de los casos más graves de halitosis o mal aliento se eliminan utilizando un limpiador lingual. La acción del cepillo de dientes o de enjuagues bucales no consiguen remover la totalidad de los restos de comida que terminan estacionadas sobre la lengua. Además del mal aliento, otra señal de que se requiere con urgencia recurrir a raspador específico es la presencia de capas finas de color amarillento o blanquecino. Esta es una sustancia en la que también intervienen para su formación las bacterias, la saliva y la mucosidad.
Cómo escoger un limpiador lingual
En el mercado hay varias opciones. Generalmentelos más eficientes suelen ser los más simples, los que presentan forma de U. Pueden estar fabricados en plástico, acero inoxidable o cobre. Los de plástico son mucho más económicos; su durabilidad siempre será menor respecto a los de metal, aunque mucho mayor a la del cepillo de dientes.
Los raspadores metálicos son además más fáciles de limpiar. Para esterilizarlos es recomendable dejarlos en agua hirviendo, para que todas las bacterias extraídas desde la boca sean eliminadas.
Modo de empleo
No es necesario emplear este equipo cada vez que se cepillan los dientes. Bastará una sola vez al día, preferiblemente a primera hora de la mañana; un buen momento es después del cepillado y del hilo dental y antes del enjuague antibacterial, último paso necesario para terminar de eliminar los microorganismos que hayan quedado regados a lo largo de la boca. Para utilizar el limpiador lingual, hay que detenerse frente al espejo del baño y sacar completamente la lengua.
El raspado debe iniciarse en la parte central, presionando lo suficiente para remover cualquier agente externo; siempre sin aplicar demasiada fuerza, ya que se corre el riesgo de dañar las células de la superficie. La parte posterior debe rasparse de forma progresiva. Es probable que en las primeras sesiones se produzcan algunas arcadas; es una situación que irá paulatinamente disminuyendo, una vez que el uso del limpiador lingual forme parte de las rutinas diarias. Después de cada pasada, se debe enjuagar el equipo con un poco de agua. Al finalizar, lavar con jabón antibacterial y secar adecuadamente.