Después del verano, la playa, el campo, los largos días de sol y las siestas interminables llega de nuevo Septiembre con sus rutinas. Y en muchas ocasiones puede que no venga solo, sino con un síndrome postvacacional bajo el brazo.
El estrés postvacacional afecta a una gran parte de la población española y puede tener consecuencias perjudiciales para nuestro organismo. Sus principales síntomas son la ansiedad y la depresión, que pueden manifestarse en nuestro organismo de diversas formas: acné, aumento de peso, problemas digestivos o de corazón. Pero también puede afectar a nuestros dientes y a nuestra salud bucodental en general. Uno de los problemas dentales más frecuentes es el bruxismo, aun patología que consiste en apretar muy fuerte la mandíbula o rechinar los dientes de forma inconsciente. Los expertos la perciben a través desgaste anormal de las piezas dentales debido a esa presión excesiva.
Como resultado, aumenta el riesgo de sufrir sensibilidad dental, ya que se pierde gran parte de la capa protectora del esmalte, dejando los dientes expuestos a estímulos externos. La Dra. Carmen María Otón, dentista y directora de Clínica Dental San Basilio, considera que el tratamiento por regla general consiste en la colación de una férula de descarga que separa los molares en movimientos laterales protusivos.
Normalmente son de uso nocturno, e incluso en algunos casos durante el día. El objetivo principal del tratamiento es acabar con los dolores y, si es necesario, se le prescribirán al paciente relajantes musculares y medicamentos para controlar su ansiedad, o se demandará la ayuda de un fisioterapeuta.