Los dulces en Navidad, un peligro para la salud bucodental

No hemos hecho más que arrancar el mes de diciembre y seguro que la agenda de compromisos familiares y con amigos está más que repleta. Juntarse por estas fechas y reencontrarse con aquellos a los que echas en falta es siempre motivo de celebración, de salir a comer, cenar o a tomarse alguna copa a altas horas de la madrugada.

Que la excepción no se convierta en la regla es un reto para aquellos que cuidamos la salud bucodental de nuestros pacientes. Tener una vida social alegre, diversa y desenfadada no está reñido con no cuidar la higiene bucal en cada salida.

El azúcar y la caries, dos eternos rivales

Tener en cuenta la cantidad de azúcar de los alimentos y bebidas refrescantes que ingerimos debería no resultarnos un problema. Comer con moderación estos productos nos permitirá disfrutar de esos sabores que tanto nos gustan y a la par, controlar que el azúcar no se dispare en nuestra cavidad bucal y comience a hacer de las suyas.

La caries es el principal problema derivado de un exceso de alimentos azucarados, pero también se derivan otras afecciones como:

  • Aumento de la placa bacteriana, que en caso de endurecerse resulta muy difícil de limpiar, y debe actuar los profesionales.
  • Esta placa bacteriana, a su vez, inflama las encías, además de provocar dolor y sensibilidad dental, lo que puede acarrear la perdida de las piezas dentales.
  • El incremento de los ácidos que se generan tras las comidas puede alterar el esmalte. Cuanto más azúcar se consuma más ácidos se generarán.

¿Cómo controlar la higiene bucal en vacaciones?

El consumo de bebidas refrescantes en comidas o en momentos de celebración, en estos casos, mezcladas con alcohol es altamente frecuente en la época de Navidad. La clave reside en ser consciente de que si sustituimos por agua alguna de estas consumiciones le estaremos un gran favor al organismo en general, y a la salud bucal en particular.

Además, también podemos aplicar medidas como:

  • Seguir una dieta variada, rica en frutas y verduras.
  • Cepillar los dientes tras cada comida, o al menos, dos veces al día.
  • Usar hilo dental o un cepillo interproximal en caso de necesidad.
  • Complementar el lavado de dientes, además de con el cepillado con un enjuague bucal.
  • Visita al dentista para realizar una revisión anual.