La dentición inicial es la base para una sonrisa sana de los adultos, sin dejar de lado las otras funciones dentales fundamentales para el ser humano. Pero también es muy importante la salud bucodental de los niños, desde muy temprana edad. De ahí la importancia de cuidar los dientes del bebé, que son transitorios y propensos a adquirir las caries del biberón. Los padres deben tener en cuenta los cuidados cotidianos y preventivos para resguardar la salud de sus hijos.
Las caries: un mal que puede ser para toda la vida
Se trata de una enfermedad dental que puede afectar a cualquiera, sin importar la edad. Consiste en una infección bacteriana producto de la descomposición de los azúcares de la comida entre los dientes.
La caries genera la destrucción progresiva de las partes duras del esmalte, por la desmineralización prolongada producida por ácidos. Producen microfisuras en los dientes, lo que junto al cambio en el Ph bucal favorece la aparición de infecciones.
¿Qué son las caries del biberón?
Los dientes desde que aparecen son susceptibles a adquirir las caries de biberón, especialmente cuando no se aplican los cuidados preventivos. En el período de dentición el riesgo más alto está en las bebidas azucaradas como la leche, jugos, mermeladas y golosinas. Esta es una situación también favorecida por una limpieza inadecuada, tanto de la boca, como de los accesorios en los que se sirven los alimentos.
El hábito de acostumbrar a los bebés a dormir usando el chupete del biberón es otro factor que facilita el crecimiento bacteriano porque la producción de saliva disminuye. Es igual de contraproducente cuando la persona cuidadora prueba la cuchara o limpia el chupete con su boca y luego se lo ofrece al niño.
Prevención
Para impedir la aparición de las caries del biberón se debe evitar añadir azúcar a los alimentos. Es recomendable limpiar las encías de los bebés después de comer con una gasa húmeda. Por otro lado, los cubiertos de los pequeños de la casa deben ser de su uso exclusivo; los biberones y accesorios deben estar siempre esterilizados.
Si el pequeño ya tiene dientes, hay que cepillarlos muy suavemente con un implemento adaptado a su edad. Un proceso que debe llevarse a cabo dos veces al día: en la mañana al despertar y en las noches, justo antes de dormir.
A los niños hay que enseñarles desde pequeños los cuidados dentales. Se les supervisa regulando la cantidad de pasta fluorada. Esta debe ser suministrada por el adulto en pequeñas cantidades y vigilar que no la traguen.
El flúor es un mineral que, si bien favorece el bloqueo bacteriano en el esmalte de los dientes, en exceso es dañino. En la formación de la dentadura puede producir fluorosis: una enfermedad que se manifiesta con estrías y manchas blancas que dan lugar a fractura en los dientes. El porcentaje recomendado en las pastas dentales es 0.2%; en menores de seis años lo indicado es hasta 0.05%.
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